Una vida en blanco, un mañana sin hoy

Llevaba años sin ver a María, la casualidad las hizo coincidir de improviso. Fue un agradable encuentro como tantos otros en el pasado y la empatia de siempre las hizo cómplices como antaño. El tiempo no había sido benévolo con su amiga, profundas marcas le surcaban el rostro, de la expresión, en otra época soñadora, no quedaba ni rastro y la sonrisa, entonces dulce y maternal, se había apagado. De inmediato se sumergieron en una rápida puesta al día general, sin pararse a profundizar demasiado en ningún aspecto concreto, saltando de una cosa a otra sin aparente orden, llevadas por la alegría de la coincidencia. En un momento de la animada conversación un hombre, a primera vista desconocido y desorientado, se acercó inquieto:

¿Quien?,…..  ¿Quien?

Ella le posó los dedos en la boca suavemente, con infinita ternura. No cruzaron más palabras, lentamente retrocedió en silencio hasta situarse de nuevo a sus espaldas sin que en aquel rostro ausente apareciera expresión alguna.486792_10201313490827834_447475027_n (5)

“Mario esta mal. No conoce a ninguno de los chicos y a mi solo a veces. Tiene momentos en que me pregunta una y mil veces por María. Le da miedo que nos encuentre juntos y hacerle daño. – La quiero mucho – dice preocupado.

Cuando la inquietud le domina, salgo de casa y hago como si llegara de la calle en ese momento. Grito: «Ya estoy aquí». Entonces el, sonríe tranquilo».

Retoman la conversación entre anécdotas y crueldades de una implacable enfermedad que priva al ser humano de memoria y reduce la vida a un aquí y ahora sin ningún sentido. Fue entonces, cuando mirándola directamente a los ojos, con una infinita tristeza firmemente arraigada en el corazón, afirmó sin vacilar:

”No he hecho nada en la vida. Lo dejé todo aparcado a la espera de la ansiada jubilación y cuando apenas faltaban dos meses, le diagnostican una demencia”.

Demoledoras palabras seguidas de un silencio que habla de dolor, desconsuelo y soledad. Han pasado varios días pero aún hoy sus palabras le resuenan en la cabeza al igual que la breve despedida:

“Ya solo queda esperar”.

En breve con ………… Steve Jobs

«Recordar que se va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder«.

Steve Jobs

Steve Jobs

» No hemos sido los primeros, pero seremos los mejores«.

«Estoy tan orgulloso de lo que no hacemos como de lo que hacemos».

“Ser el hombre más rico del cementerio no me interesa… Lo que me importa es irme a la cama cada noche sabiendo que hemos hecho algo maravilloso.

“El diseño es el alma de todo lo creado por el hombre.”

“Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otra persona… No dejes que el ruido de las opiniones de otros apague tu propia voz interior.”

“Muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas.”

“La innovación es lo que distingue a un líder de un seguidor.”

“Estoy convencido de que la mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los que no triunfan es la perseverancia.”

Steve Jobs

Aprendiendo a vivir

Foto: Mercedes De Soignie

Foto: Mercedes De Soignie

Escucha, siente la música a tu alrededor,  en tu interior. Atento, expectante, déjate llevar. Cada vez que la oigas será diferente, hablará por si sola, de ti, de la vida, del mundo. Notas cargadas de pasión te llevarán lejos, para revivir lo ya pasado, encontrarte con ausencias, soñar con el futuro. Te harán más fácil descifrar cuánto ocurre en tu interior, aflorando sentimientos más allá de miedos, presiones o ataduras.

Vayamos un poco más lejos, juntos, como si tan solo uno fuéramos. Movámonos al compás, representando cuanto acontece en nuestro interior, hablando con el cuerpo mientras escuchamos el corazón. Así, poco a poco, necesitaremos tiempo para aprender. Todo requiere un aprendizaje hasta los temas menos pragmáticos. Deberás tener paciencia, saber esperar a estar preparado para afrontar el siguiente paso, la posibilidad de un tropezón. No temas, asume el riesgo porque merece la pena, la próxima vez lo haremos mejor. Lo importante es continuar con empeño, saber cambiar las respuestas y encontrar nuevas preguntas.

11326959_10205691669004127_1385935792_nSigue así, puedo notar tus acompasadas idas y venidas. Tu y yo. Nunca olvidaré estos momentos, no podré volver a escuchar esta música sin emocionarme al recordar cómo disfrutamos entre pas de bourrée  y otras hermosas palabras aprendidas a golpe de repeticiones. Ha sido un largo camino que empezó antes de estar aquí, incluso de tenerte en mente. Cuando supe de tu presencia, solo pensaba en cómo descubrirte este paraíso de sensaciones y emociones. Juntos hemos recorrido un largo camino pero solo es el principio, los cimientos de algo grande que nos mantendrá ocupados el resto de nuestras vidas. Algún día hablaremos de estos momentos donde palabras y gestos trascienden el sentido literal, algún día te contaré como te sentí cuando formabas parte de mi.

Casi sin darnos cuenta llegará un mañana  y no estaré aquí, pero sabrás dónde buscarme, cómo encontrarme. Volveremos a vibrar al unísono con las melodías, hablaremos a través de su lenguaje que será el nuestro. Y mientras la música marque el ritmo de los corazones, habrá esperanza y el mundo será un bello lugar donde compartir.

Vamos pequeño dancemos como si nunca fuéramos a parar, hagamos de este momento  el principio de un futuro donde la banda sonora la pone la vida y la letra la escribirás tu.

Escucha hijo mío …….  Esto es entre la música, tu y yo.

La vida es ahora

Un buen día la vida dio la vuelta aunque no fue de forma imprevista, se veía venir desde hacía tiempo pero ya se sabe, una piensa que pasará de largo y de repente se encuentra ejerciendo de coprotagonista de la crisis. Entró a formar parte de los millones de damnificados por un seísmo económico que solo resultó ser la parte visible de algo más profundo: el fin del mundo en el que había crecido y pensaba morir.

Ser mujer y madre, le hicieron más débil pero lo peor resultó ser la edad, no porque se sintiera especialmente mayor o vulnerable al haber sobrepasado la barrera psicológica que habla de la juventud capaz de mover montañas y todo lo puede. En su haber se almacenaban demasiadas batallas como para dudar de sus capacidades, estaba preparada para luchar por los demás, por los suyos, por una vida mejor pero se había olvidado de cómo pelear por si misma. Fue triste ver cómo aquellos, con quienes compartió años y algunas cosas más, apartaban la cara para respirar aliviados de no ser los señalados, cómo evitaban contactos a todas luces no recomendables dada la situación. Resultó duro aún a sabiendas de la calidad humana circundante, del egoísmo que habla de miedo, debilidad y pobreza interior.

Foto: Sergio López

Foto: Sergio López

Volvió a casa para explicar que lejos de estar para solucionar problemas, mama resultaba ser hoy el problema, que aún intentando minimizarlo afectaría a todos y necesitaría de ellos para salir del agujero negro que se había tragado el plácido mundo hasta entonces habitado. Ella, pilar familiar, propulsora incluso en los momentos más duros, frente a las adversidades más imprevistas, sintió la realidad ceder a sus pies arrastrándolo todo. No sabía pedir, se había acostumbrado simplemente a seguir confiada en las fuerzas que en algún momento de la serie de acontecimientos que sacudieron sus vidas quedaron reducidas a cenizas, sepultadas bajo toneladas de escombros.

Hija de una época donde el orgullo de ser mujer acabó con roles y estereotipos que imponían silencio y sumisión, encontró el camino, que no la solución, en el apoyo de los suyos fruto de lecciones aprendidas y ejemplos compartidos, sembrados en lejanos días casi olvidados.

Hoy, cuando el mañana es ahora, volverá a recomponerse, a reconstruir el presente, a confiar en el verdadero motor que le anima a seguir: el amor a la vida, el deseo de vivir cuanto aún depare el camino.

En breve con ……………… Carrie Bradshaw

«Quizá nuestras amigas sean nuestras verdaderas almas gemelas, y los hombres solo gente con quien divertirnos.»

“Al final, la relación más emocionante, difícil y significativa de todas es la que tienes contigo misma».

«No digas que lo vas a intentar. ¡Di que lo vas a conseguir!images

«… De pronto la vida surge y todo cambia»

“Si el príncipe azul no hubiera aparecido… ¿Habría dormido Blancanieves eternamente en su ataúd de cristal? ¿O tarde o temprano habría despertado, escupido la manzana, buscado trabajo, una buena asistencia sanitaria y un donante del banco de esperma?”

“Cuando los hombres hacen gestos audaces, por lo general se considera romántico. Cuando las mujeres los hacen, se considera que están desesperadas o psicóticas”.

«Quizá algunas mujeres no están hechas para ser domadas, y deban correr libres hasta que encuentren a alguien tan salvaje como ellas que las acompañe»

«Tantos caminos, tantos desvíos, tantas opciones. Tantos errores»

¿Por qué hay tantas mujeres grandiosas solteras y tan pocos hombres?»

«El tiempo lo pone todo en su lugar. Hasta entonces, riéte de la confusión, vive el momento y piensa que todo pasa por una razón».

En breve con ………………. Haruki Murakami

«La manera en que los demás me ven no me atañe. Más bien, eso es algo que sólo les atañe a ellos».

«En este mundo, nada hay tan cruel como la desolación de no desear nada».

Foto: Mercedes De Soignie

Foto: Mercedes De Soignie

Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, ¿Sabes qué pasa? Que acaba por no saber incluso lo que quiere».

«Las buenas noticias, en la mayoría de los casos, se dan en voz baja».

«Lo que nos hace personas normales, es saber que no somos normales»

«Hay personas que pueden herir a otras, sólo por el mero hecho de existir»

«Las heridas emocionales son el precio que todos pagamos por ser independientes»

«Antes creía que me haría mayor poco a poco, año tras año (…). Pero no. Uno se hace adulto de golpe y porrazo».

«Jamás había escuchado una música tan sorprendente, así que me volví un fanático del Jazz y más tarde un escritor al que el Jazz le enseñó todo».

«La muerte no existe en contraposición a la vida, sino como parte de ella»

Filosofía de vida

Dónde quedarán los hoy perdidos,

Los mañana sin vivir,descarga

Dónde morirán los sueños olvidados,

Las ilusiones abandonadas

Dónde irán los recuerdos

Cuando nuestro nombre solo sea uno más

Tal vez Oliver Sacks no sea tan conocido como cabría esperar, pero este profesor emérito de neurología en la Universidad de Nueva York, es autor, entre otros títulos, de “Despertares”, conocido por la adaptación cinematográfica protagonizada por Robin Williams, «Un antropólogo en Marte» y “El hombre que confundió a su mujer con un  sombrero”.

Hace nueve años le extirparon un extraño tumor ocular que no suele producir metástasis. Hoy es noticia al hacer público que padece un cáncer terminal, «Mi suerte ha acabado». A sus 81 años Oliver piensa afrontar los últimos meses de vida: “ de la manera más rica, profunda y productiva posible”. Esta decidido a “profundizar en la amistad, decir adiós a quienes ama, escribir más, viajar si tiene fuerzas y adquirir nuevos niveles de comprensión y sabiduría”.

Y una no puede evitar sentir admiración por su valentía, no exenta de miedo como el mismo reconoce, pero tal vez por ese motivo aún más admirable. Afrontar el final sin caer en lamentos y recriminaciones cargados de desesperación, para valorar objetivamente el hasta aquí: “Haber sido un ser sensible, un animal pensante en este hermoso planeta fue un enorme privilegio y aventura”, nos hace pensar, no ya en el camino andado sino sobre el que aún queda por delante y en cómo recorrerlo …….

Los recuerdos de quienes se quedaron en el camino evidencian los huecos dejados en el corazón. Las ausencias de compañeros en algún momento del viaje, no siempre tan presentes como debieran simplemente por perezosa dejadez, la desidia a la hora de gestionar tiempo y posibilidades, delatan la inconsciencia de quien vive ajeno a la caduca realidad de la existencia. No pensar en ella nos impide dar el verdadero valor de cuanto acontece y rodea. Un error que lejos de ser beneficioso trae consigo irreparables consecuencias, en la mayoría de las ocasiones.

Mi yo, único y solitario, finalmente encontrará su camino a fuerza de vivir su propia vida hasta saber vivir su propia muerte.

Claro oscuro

Mañana, quién recordará el ayer sin futuro, los nombres de los que se fueron y el hoy de los que ya no estarán.

En la oscuridad de la noche, las almas salen en busca de alimento mientras los cuerpos anhelan conocerse. A la luz de la luna, los solitarios esgrimen razones para afianzar su soledad mientras los soñadores ansían encuentros en un vago intento por olvidar que mañana el sol también saldrá.

Como en un teatro de diferentes escenarios, las secuencias se desarrollan al unísono mientras la música vibra en el aire. Los latidos, acompasados con los ritmos del corazón y la percusión del ambiente, crean historias sin aparente principio ni final. Los personajes, partícipes de fútiles momentos de reluciente engaño, encadenan sus vidas en una absurda consecución de idas y venidas sin nexo o unión.

Con la cadencia de una repetición, las copas se suceden al igual que conversaciones y encuentros. Nada importa más allá de la realidad de cada uno en un egocéntrico ejercicio fruto de la necesidad de sentirse protagonista aunque tan solo sea de la propia vida. Vano intento de alcanzar una cierta notoriedad que haga olvidar la absurda insignificancia de la caduca y efímera existencia.

Foto: Sara Castaño - Pemberley

Foto: Sara Castaño – Pemberley

La luna sale tras las nubes para desvelar a los iluminados. Almas supervivientes de penumbras, vividores de mañanas, soñadores con pasado, seres anónimos de brillante interior sin afán de exhibición. Apenas una mirada les descubre, una sonrisa les delata ocultos entre las sombras del camino.

Destino de sueños

En aquellos viajes, la imaginación volaba en primera clase, rumbo a uno de los destinos más deseados por aquel entonces, el Futuro. Lugar de veraneo durante todo el año, paraíso soñado especialmente cuando el crudo invierno se cebaba en la realidad donde residía.

Allí era feliz. No era barato, ciertamente, pero hay precios asumibles a sabiendas de su valía. La inversión requerida compensaba tanto en el momento como a largo plazo.

En aquel destino turístico por excelencia, el día a día llegaba sin más, de forma natural, con un grado de satisfacción variable dependiendo de un sin fin de circunstancias, incluido el estado de ánimo que de todo hay incluso en el paraíso de los sueños. La vida fluía como consecuencia lógica del camino andado y la satisfacción al terminar las jornadas solo era comparable con la certeza de que el sol volvería a salir.

Regresar a casa tras las vacaciones, cortas o largas, resultaba especialmente duro y desalentador por la lucha diaria implícita. Enfrentarse a la incógnita de no saber que depararía el mañana, a la permanente duda de hacia dónde dirigirse, junto a quién continuar con ciertas garantías, hasta dónde llegar sin un excesivo coste o por lo menos sin hipotecar la vida. Allá en el presente, las dudas eran permanentes, numerosas, agotadoras.

Casi sin darse cuenta. No, eso no era cierto en absoluto. En realidad, era perfectamente consciente del trayecto recorrido, las fuerzas invertidas y las ilusiones abandonadas en el camino. Pero si fue de repente que las decisiones comenzaron a pesar mientras los interrogantes acechaban tras cada esquina y la incertidumbre se instalaba dispuesta a quedarse.

En el transcurso de una escapada, en principio en nada diferente a tantas otras realizadas con anterioridad, descubrió sin previo aviso que la seguridad no iba incluida en el billete, que la clase turista es la más popular por ser la menos exigente, de la necesidad de desabrocharse el cinturón para poder levantarse del asiento, que la salida de emergencia solo es para emergencias y mejor no verse obligado a utilizarla. Que los puntos por fidelidad ya no tienen valor alguno, que el seguro de viaje es un fraude y las tasas un atraco. Pero lo peor llegaría cuando al intentar confirmar el regreso le explicaron apresuradamente, sin entrar en detalles, que la compañía había quebrado y la vuelta era cosa suya.

Foto: Mercedes De Soignie

Foto: Mercedes De Soignie

 

 

 

En breve con ………….. Mario Benedetti

«Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo».

«Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio».

«Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas».

¡Qué buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo!

«La perfección es una pulida colección de errores».

¡Si uno conociera lo que tiene, con tanta claridad como conoce lo que le falta!

«Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida».

Mario Benedetti

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