En el atardecer de un día cualquiera, compartiendo risas y conversación con los más pequeños, resuena en el recuerdo la melodía de aquellos personajes que hace siglos anunciaban, sin posibilidad de excusa alguna, la obligación de irse a la cama que no a dormir. Gracias a la tecnología rescata de la nube imágenes de la infancia que hablan de un pasado tan lejano que podría ser ajeno. Es imposible sentirse tan joven acumulando tantos recuerdos.
Si entonces parecían simpáticos, hoy resultan entrañables y verlos provoca una unánime sonrisa, incluso en ellos, incapaces de entender la autoridad que en otra vida tuvieron esos infantiles personajes aún hoy indiferentes al paso del tiempo.
Sin darse cuenta se entrega al placer de llenar la mente de todo, de nada. Deja volar la imaginación, divagar los pensamientos, saltando de una cosa a otra como quien salta charcos, mojándose en unos, pasando sin más en otros, recuperando mágicos momentos guardados con fervor, eligiendo la banda sonora según la ocasión mientras contempla sin ver el transitar de las nubes .
No fue fácil aprender a vivir con una misma pero finalmente lo había conseguido. El resultado había compensado los pesares y sinsabores necesarios hasta llegar a valorar la soledad que, paradógicamente, le permitió hacer lo propio con la compañía, una vez rotas ataduras y dependencias fruto del miedo. La soledad bien entendida le hizo libre para compartir .
El sonido de la animada charla la saca de su ensimismamiento, el regreso a la realidad le enfrenta al correr de la vida, ajeno a paradas sentimentales o fantasiosos sueños. Los chicos representan al imparable mundo circundante, hoy aquí y mañana allí. Y aunque en principio la idea podría resultar perturbadora, tan solo evidencia el propio devenir.
Hoy aquí y mañana ………….. Siente como se forma un nudo en el estómago mientras les escucha con el corazón y los siente a través de la emoción. Tal en vez hubo un ayer en el que fueron otros los observadores y ella la observada, al fin y al cabo nada nuevo hay bajo el sol pero este es su momento y no lo dejará escapar. Es más, lo atrapará para siempre, compartiéndolo para evitar sus dudas en un futuro más próximo de lo esperado. Ese día como espectadores sabrán a ciencia cierta de su protagonismo.
¡¡Hoy aquí y mañana allí!!