Una de las vergüenzas que arrastramos como humanidad es permitir que, mientras una parte del mundo se preocupa de crear a su alrededor un entorno a medida donde el valor de las persona esta directamente ligado a posesiones y símbolos externos, otra literalmente se muere al no tener cubiertas las más elementales necesidades. Su único pecado es haber nacido en lugares olvidados de la mano de la llamada sociedad de confort. Algo tan involuntario como el lugar de nacimiento determina la vida y, en el caso de millones de personas, también la muerte sin atender a más consideraciones. Impasible, el mundo continúa moviéndose por principios tan absurdos como la desmedida necesidad de consumir, el despilfarro incontrolado o los intereses económicos de unos privilegiados que han hecho del dinero su religión particular.
La situación no es nueva y se perpetúa en la historia para bochorno de todos. Hemos aprendido a convivir con ella y apenas nos afecta hasta que alguien o algo nos toca la fibra sensible y reaccionamos o no, que de todo hay. Por eso las campañas de concienciación no son solo importantes sino necesarias, El hacer visible la existencia de quienes perdidos en la distancia luchan por sobrevivir en un mundo hostil y desprotegido, provoca reacciones que, a años luz de paliar el problema, consiguen una ayuda siempre bien recibida. .
Estas impactantes fotos firmadas por la organización Checa «People in Need», realizadas en el 2007, mantienen su fuerza a pesar de los años transcurridos. A través de las imágenes, la agencia Saatchi & Saatchi, obliga al espectador a tomar conciencia del valor monetario de algunas necesidades básicas frente a las ficticias de una economía materialista como la nuestra.
La convivencia de dos realidades antagónicas y demoledoras por su coexistencia temporal, se ve reforzada por la presencia de modelos que representan lo diferente, humanizan la desigualdad, ponen rostro a una lejana realidad. Premiada en Cannes Lion 2007, huye de cualquier artificio más allá del contraste de dos mundos que hablan distintos lenguajes y se mueven por necesidades dispares.
La crisis que aún se cierne sobre nuestras cabezas ha venido a recordarnos la fragilidad del estado de bienestar y la falta de inmunidad ante la adversidad. Afrontar esta nueva situación, ha sacado a la luz respuestas que muestran la mejor cara de la condición humana, sensibilizando a un sector de la sociedad frente a la injusticia y la desigualdad. Sin duda todo es poco así que nunca está de más desempolvar estas hermosas y reivindicativas imágenes.