Las tendencias cada vez son más abiertas, permitiendo que la personalidad e imaginación de cada uno aporte originalidad a la imagen más allá de modas. Conceptos como temporalidad o uniformidad desaparecen y las combinaciones son sorprendentes.
El calzado no es ajeno a estos cambios, cada vez sorprende menos la posibilidad tanto de calzar sandalias o alpargatas en pleno invierno como de llevar botas cuando los calores del verano más aprietan.
Combinar prendas de vestir con playeros o chanclas así como acompañar las propuestas más desenfadadas con unos elegantes salones de vertiginoso tacón, es algo tan habitual como atractivo.
Estos cambios también alcanzar al mundo de la moda masculina. Las posibilidades, aunque más limitadas, se amplían para cualquier momento u ocasión.
Cara a la próxima primavera, las deportivas, alpargatas y en general el calzado plano mantienen la privilegiada situación que tanto tiempo les costó alcanzar y conviven con los siempre estéticos tacones.
El metalizado también llega a los zapatos, planos o con poco tacón, perfectos en todo momento. Las punteras se afinan y el tipo babucha parece que por fin pisará la calle con fuerza.
Ellos también se animan a incorporar las sandalias a los estilismos más urbanos, incluso en invierno.