En época de celebraciones, el fatídico ¿Qué me pongo? se complica de forma alarmante. Es momento de mantener la cabeza fría y la máxima «menos es más» bien presente. No es más que una nueva oportunidad de mostrar lo mejor de nosotras mismas, sin artificios, en estado puro, procurando potenciar y resaltar la elegancia tanto en las formas como en el movimiento. Es aquí, cuando tejidos y corte marcan la diferencia entre uno más y lo mejor.
Descubrí a Natalie Capell a través de sus colecciones para novias, propuestas que atrapan más allá del altar, permitiendo la utilización de sus prendas en múltiples ocasiones. Son diseños sobrios, donde la elegancia está en la aparente sencillez de las líneas y en el movimiento fluido. Una combinación perfecta donde solo hay cabida para la personalidad de cada una.
Desde sus comienzos, apenas con catorce años, Natalie juega con transparencias y bordados a mano en una búsqueda permanente de la armonía con el cuerpo femenino.
Galardonada con el Premio Nacional de Artesanía en el 2013, algunas prendas de su colección “vent ,, ” forman parte de la exposición Dream Weavers en Tel Aviv, donde 16 diseñadores con reconocimiento internacional exponen sus obras.
Superposición de capas, juego de texturas, sutiles transparencias y delicados bordados, enmarcan la figura femenina más allá de modas y tendencias. La personalidad de la diseñadora acompaña a una mujer identificada con sus propuestas, a gusto en su piel y orgullosa de su presencia. Una combinación que trasciende más allá de la elección.
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- Natalie Capell 2016
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