El cuerpo y ella

Llevan una vida juntos, algunos días no se reconocen, otros no se aceptan. Siempre queriendo cambiar, deseando lo inalcanzable, anhelando lo imposible. Al principio fue cuestión de la edad, sin saber cómo se encontró atrapada en un cuerpo de mujer con ritmos ajenos y deseos propios.

Luego vinieron años donde todo parecía empezar y terminar en la proporción de las medidas, en cánones externos donde no encajaba. Difícil asumir el individualismo cuando formar parte de la generalidad otorga un codiciado grado de normalidad, garantía del cómodo anonimato.

La lucha por hacerse visible a los demás más allá de unas formas resultó demasiado dura y prefirió dejarse llevar mientras construía un mundo a medida donde esconderse.

Durante los embarazos intentó encontrar la belleza estética de la gestación, asombrada de no reconocerse, horrorizada ante las dimensiones de aquel cuerpo extraño. Esgrimió la protección de su estado frente a cualquier recriminación, asumió agradecida la benevolencia implícita en el hecho de tener un responsable con nombre y apellidos.

Nacieron los niños, las hormonas se descontrolaron, los excesos se mantuvieron anclados en sus carnes y lloró, lloró por todo, por ella de forma especial.

Entonces decidió continuar procurando no pensar, enredada en los cambios de la vida, inmersa en el día a día hasta que todo pareció encajar y al encontrarse de nuevo no se reconoció. De poco sirvieron las dietas draconianas, los largos paseos y un buen día comenzó a correr.

El medio se convirtió en fin. Corrió para doblegar el cuerpo rebelde frente al esfuerzo y el dolor, para dominar la mente reacia a continuar y ser más fuerte que ella misma. Aprendió a marcar sus propios ritmos, a superar lo aparentemente insuperable, a esforzarse por llegar a ninguna parte, a mirar en la distancia, a pensar sin mediar solución.

No resultó el final del desencuentro tan solo una larga tregua con altibajos, una forma de convivencia tolerante la mayor parte del tiempo. Así fue hasta la irrupción de una nueva realidad pareja a descubrir el rastro de la vida en un cuerpo desconocido inmerso, una vez más, en profundos cambios que hablaban de etapas finalizadas y nuevos mañanas.